Las Huellas de Acahualinca son las evidencias más antiguas de la existencia humana prehistórica en Nicaragua y están ubicadas en el barrio homónimo, situado en la parte occidental de la ciudad de Managua.
La palabra náhuatl Acahualinca significa «Lugar donde tiembla la maleza» y según la última investigación científica realizada con el isótopo Carbono 14 su origen data desde hace 6 mil y 8 mil años.
Las huellas fueron hechas por pobladores paleo-indígenas y están enterradas sobre una capa de tierra que proviene de varias erupciones volcánicas; el lodo volcánico donde están impresas las pisadas humanas está cubierto por una capa de piedra pómez datada en el año 5,000 antes de Cristo proveniente del Volcán Chiltepe. La última erupción volcánica esta fechada entre los años 200 antes de Cristo y 200 después de Jesucristo, explicó el Lic. Edgar Espinoza, Jefe de las Investigaciones Arqueológicas del Museo Sitio Huellas de Acahualinca.
Según las investigaciones, las Huellas de Acahualinca son pisadas de dos grupos de indígenas que hicieron su recorrido por las costas del Lago de Managua en diferentes espacios de tiempo, la documentación apunta a un total de 18 personas en su totalidad que trataban de refugiarse de las cenizas del Volcán Masaya, hay evidencias en las huellas que dentro del grupo iban tres animales entre ellos, un venado, una zarigüeya o mapache y un ave palmípeda (un pato).
Serán estudiadadas con tecnología Tridimensional
Las huellas de Acahualinca ahora nuevamente son objeto de estudio por docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de Ingeniería quienes realizarán un levantamiento fotogramétrico, que consiste en realizar un modelo 3D de las mismas a través de múltiples fotografías.
«A partir de esta información planeamos sacar el modelo 3D con textura fidedigna, precisa y medible así como planimetría; nosotras en esta primera visita vamos a colocar lienzos para trabajar en base a la cuadricula que maneja la Alcaldía de Managua y así los datos que produzcamos sean totalmente coherentes con lo que ellos han estado trabajando y documentando», explicó la Arquitecta Adriana Ortega, miembro del área del Patrimonio Cultural de la Dirección de Extensión Universitaria de la UNI (DIEX).
«La idea de la fotogrametría es ver los detalles que a simple vista no se miran y con el diseño de tres dimensiones es más fácil tratar de ubicar los espacios más pequeños y con precisión algunos aspectos que en el suelo en sí no se pueden ver”. Además añadió, “el hecho de que los jóvenes estén integrados a varios proyectos de salvamento cultural y de investigación histórica permite que lasnuevas generaciones de jóvenes profesionales tengan una visión diferente de su función social dentro de la comunidad”, compartió el Licenciado Espinoza.