Joaquín “El Chapo” Guzmán, el narco más buscado del mundo, fracasó en la fuga de varios de sus operadores en Nicaragua en 2007, cuando pretendía consolidar la presencia de su organización criminal en Centroamérica.
El rotativo el Universal de México destaca en su sitio web que sin túneles pero con fusiles de asalto y maletines repletos de dólares, el narcotraficante mexicano intentó sin éxito que dos redes de mexicanos miembros del Cártel de Sinaloa detenidos por narcoactividad, se fugaran de cárceles de Nicaragua.
La noche del 20 de junio de 2007, en la víspera del inicio de un juicio a seis mexicanos, dos guatemaltecos y 13 nicaragüenses pertenecientes al Cártel de Sinaloa en un tribunal departamental, un avión bimotor de matrícula falsa aterrizó en el aeropuerto de Managua con 964 mil dólares en cajas de cartón.
La nave voló de México a Guatemala y luego a Managua y fue piloteada por el mexicano José Salvador López Santos, quien tenía la misión de trabajar en la fuga de los detenidos, pero su misión fue frustrada por las autoridades nicaragüenses.
Los 21 sujetos habían sido detenidos en abril de 2006, cerca de Sébaco, cuando la Policía de Nicaragua les descubrió en una finca, una pista clandestina de aviación para recibir cocaína en avionetas procedentes de Colombia.
En ese lugar, la célula disponía de armas y vehículos y bodegas para almacenar drogas y reenviarlas a México.
La segunda fuga fallida ocurrió el 11 de julio de 2007 cuando un juzgado de Nicaragua sentenció a los seis mexicanos a 22 años de cárcel por financiamiento al narcotráfico, asociación para delinquir y posesión ilegal de armas.
La policía nicaragüense interceptó ese día el mensaje que un enlace externo envió a prisión a los narcotraficantes para alertarles de que la fuga fracasó, porque el armamento de la “Operación Comando”, 12 fusiles de asalto AK-47, dos fusiles M-16 y abundante munición, había sido decomisada por la Policía nicaragüense.
Esto demuestra una vez más la efectividad de la fuerza pública nicaragüense para evitar planes del narco que quieren instalarse en el país.
Guzmán Loera incursionó hace más de 25 años en el istmo con la “narcomafia” de Sinaloa, una de las más poderosas de México, y fue detenido por primera vez en Guatemala, en 1993.