De voz baja y serena, como la tierra roja que la vio nacer, comenta que es huérfana desde los 6 años, que hasta ahora no tiene esposo ni hijos porque su vida ha sido de trabajo y en la semana sólo tenía medio día libre.
Sus manos revelan la artritis y el dolor intenso resultado de largas jornadas y con poca paga, sin embargo, la vida le ha premiado, en ser una de las lideresas sindicales de su valiente Bolivia.
En el Encuentro Latinoamericano su presencia causa notoriedad por su particular vestimenta, un mediano sombrero ajustado con trabas en la cabeza, camisa manga larga y una ancha falda, que según el color refleja en cuál de los siete departamentos bolivianos nació.
Ismar Machaca, colabora en un programa radial sindical en su localidad, y es así que creció en su interior el deseo de estudiar periodismo, el que será vinculado a la defensa de las Asistentes del Hogar.