Entre lágrimas y un clamor de justicia, la señora Gertrudis Mayorquín Saravia pidió este viernes que caiga todo el peso de la ley sobre Sergio Antonio Olivares López, de 33 años, acusado de haber asesinado brutalmente a su hija Anielka del Carmen Espinoza Mayorquín, de 34 años, en un hecho ocurrido el pasado 15 de octubre en el barrio Jonathan González, de la capital.

Durante la audiencia inicial, realizada en el Juzgado Cuarto Especializado en Violencia de Managua, la acongojada madre gritó entre sollozos:
“Quiero que me diga… ¿por qué me la mataste? Cuando una mujer no quiere nada con un hombre, uno se retira. No hay por qué quitarle la vida. Pido justicia, que le echen lo que le tengan que echar, y si es posible que se muera en la cárcel.”
El juez confirmó la prisión preventiva para el acusado y remitió la causa a juicio oral y público, programado para el próximo 18 de diciembre.

PRUEBAS Y TESTIMONIOS CLAVES CONTRA EL ACUSADO
De acuerdo con la acusación fiscal, Olivares López, quien se desempeñaba como periodista y camarógrafo, ingresó sin permiso a la vivienda de la víctima y le asestó tres cuchilladas en el cuello y el tórax, cegándole la vida en cuestión de minutos.
El sujeto, quien residía en el anexo de la colonia Batahola Sur, habría actuado cegado por los celos enfermizos hacia Anielka, con quien mantenía una relación conflictiva desde hacía más de dos años.
Las pruebas de la Fiscalía incluyen videos de cámaras de seguridad, confesiones del acusado y una serie de testimonios claves que serán presentados durante el juicio.
TESTIMONIOS REVELADORES
Entre los principales testigos se encuentra Mercedes del Carmen Olivares, hermana del acusado, quien revelará que su hermano confesó haber estado con Anielka el 15 de octubre y haberle quitado la vida.
La mujer describirá la relación como “tóxica”, marcada por rupturas, celos y problemas económicos.
Asimismo, Román José Salgado Vélez, conductor de la aplicación InDriver, testificará que esa noche recogió a Olivares a las 9:52 p.m. en la casa de la víctima. El chofer asegura que el acusado le dijo:
“Gracias porque me sacaste de aquí”,
y que durante el trayecto confesó haber visitado a una “jañita” llamada Anielka, confirmando así su presencia en la escena del crimen.
Otro testigo, el vecino Francisco Dudley Gudiel, entregó a la Policía Nacional los videos de su cámara de seguridad, los cuales muestran a Olivares llegando en dos ocasiones a la vivienda de la víctima esa fatídica noche.
Por su parte, el instructor de gimnasio José Vicente Calero Rivas admitirá haber tenido una relación extramarital con Anielka y que la última vez que se vieron fue el domingo 12 de octubre, tres días antes del crimen.
UN CLAMOR DE JUSTICIA
Anielka Espinoza, quien se desempeñaba como contadora de la Federación Nicaragüense de Atletismo, fue sepultada el sábado en el cementerio Puertas del Cielo, en el barrio Milagro de Dios.
Su madre, desde Panamá, declaró que lo único que espera es justicia y cadena perpetua para el responsable de truncar la vida de su hija, una mujer trabajadora y llena de sueños.