«En río revuelto, ganancia de pescadores» reza un reconocido refrán que transmite la idea de que algunas personas pueden aprovecharse hasta de la muerte de alguien para obtener beneficios económicos o de otro tipo, sin mostrar ningún respeto por el difunto ni por el dolor de sus allegados.
Y eso es lo que aparentemente está sucediendo en el caso de la señora Ana Julia Soza, identificada preliminarmente como Juliana Soza, de 67 años, quien pereció antes del mediodía del lunes, al ser arrollada por un furgón en los semáforos de la antiguo Kativo, en Managua.
Resulta que después de la muerte ocurrida frente a la entrada al barrio Hugo Chávez, familiares de la fallecida se volcaron a denunciar en las redes que su muerte está siendo aprovechada por la señora Cecilia Cisnado Soza, para sacarle ganancias a la desgracia.
Una sobrina aseguró que es falso que su tía Ana Julia viviera en el barrio Bertha Díaz junto con doña Cecilia, sino que más bien esta señora la tiró a la calle hace más de veinte años, tras lo cual convivía con su otra hermana en el barrio Oswaldo Manzanares, y nunca llegó a verla.
“Me duele hablar de esto en público pero no soporto ver a mi madre sufriendo por su hermana. Esa señora de nombre Cecilia Cisnado Soza hizo todas las vueltas y se llevó el cuerpo sin dejar siquiera que mi madre lo mirara y mucho menos que la velara donde vivía”, dijo la sobrina.
Aseguró que por tener muchos años de vivir en el barrio Oswaldo Manzanares todos los vecinos estaban esperando a doña Ana Julia para velarla pero Cecilia se llevó el cuerpo porque la aseguradora de la rastra va a dar un dinero y eso es lo que a ella le interesa.
Por el interés del dinero se la llevó a su casa ya que cuando mi mamá llegó al lugar del accidente, Cecilia le dijo que se fuera para la casa que después llevaría el cuerpo y la engañó para quedarse con el pago del seguro, es una sinvergüenza, dijo la sobrina en las redes.
De lo que nadie se pronuncia es por el hecho de que nadie se preocupaba por el bienestar de doña Ana Julia, quien al momento del mortal accidente, andaba con un saco en el hombro, recogiendo botellas y latas para reciclar, y poder mantenerse por sus propios medios.