¿Te imaginas subir a un montículo circular que según las creencias estaba ubicado en el centro del cielo?, esto solo puedes vivirlo en China.
En el sur de Beijing se encuentra el Templo del Cielo, una imponente joya histórica del Gigante Asiático.
Fue construido en 1,420 en un área de 273 hectáreas y está conformado por varios palacios edificados principalmente para que los emperadores dieran gracias al Cielo por la cosecha obtenida.
Aunque con los años se aclaró que el altar circular utilizado para la ceremonia de adoración al cielo, no era el centro del firmamento, turistas de distintas partes del mundo suben a este sitio, juntan sus manos en señal de oración, giran 360 grados y luego saltan al piso de mármol, como si cayeran de la atmósfera hacia la tierra.
Recoriendo el camino de piedra de este Patrimonio de la Humanidad llegamos al majestuoso salón de la Rogativa por la Buena Cosecha, un edificio de 33 metros de altura, construido de madera que enlaza lo divino con lo terrenal.
De la mano con su desarrollo económico y tecnológico, China cuida cada detalle de su memoria histórica, y en este complejo encontrarás árboles de Ciprés de hasta 500 años de antigüedad que, según la medicina natural, absorben la negatividad del cuerpo y hasta curan enfermedades cuando los abrazas.
En su diseño, el Templo del Cielo cuenta con paredes rectangulares y una punta circular, de acorde con la antigua creencia China de que la tierra era cuadrada y el cielo redondo.
Es increible poder desplazarte por las calles donde los emperadores chinos de las dinastías Ming y Qing, realizaban los rituales de ayuno, adoración y agradecimiento por la alimentación de su pueblo.
Si eres curioso, notarás que los salones cuentan con varias cabezas de dragón construidas de concreto, que eran utilizadas como desagües; y es por eso que, en la actualidad, muchos chinos les llaman cabezas de dragón a los grifos de agua potable.
Después de recorrer el Templo del Cielo entre las 10 y las 11:40 de la mañana, debes disfrutar de la variada gastronomía china, que son sus carnes y fideos preparados con una vasta gama de especies, te cautivan el paladar.
AVENIDA DE QIANMEN
Luego debes dirigirte a la Calle Qianmen, una famosa calle comercial en el corazón de Beijing, en la plaza de Tiananmen, que cuenta con tiendas, restaurantes y comercios que te enamoran con sus productos.
Su nombre significa Puerta Central del Sol y encontrarás desde una aguja hasta cualquier artículo chino que te puedas imaginar, aunque sus principales atractivos son las artesanías.
En la calle principal transita el Metro de Pekín, así que mientras unos se deleitan comiendo o comprando, otros viajan en metro, en un sitio cultural en el que la economía crece a cada minuto.
Una gorra con el nombre de Beijing, una pulsera, un abanico chino, una bufanda con estampados, sin faltar las fotografías en la Calle Qianmen soplarán tu pecho de orgullo al recordar que estuviste en la Gloriosa China.