El Gobierno Sandinista, con el protagonismo de las familias nicaragüenses, cerró exitosamente la Campaña Nacional de Vacunación contra la Influenza que se desarrolló del 2 al 20 de junio del 2025. Esta campaña no solo cumplió, sino que superó todas las expectativas al alcanzar el 100% de la meta nacional establecida.

Durante los 18 días que duró esta campaña nacional, se aplicaron un total de 1,017,850 dosis de vacunas contra la influenza en todo el territorio nicaragüense. Esta cifra impresionante demuestra la capacidad organizativa de nuestro sistema de salud y el compromiso del pueblo nicaragüense con el cuidado de su propia salud y la de sus familias.
La aplicación de más de un millón de dosis representa un logro extraordinario que pocos países de la región pueden presumir. Esto significa que las personas más vulnerables de Nicaragua ahora están protegidas ante las enfermedades respiratorias que pueden complicarse durante los cambios de clima y las épocas de mayor circulación viral.
Lo más hermoso de esta campaña fue ver cómo toda la sociedad nicaragüense se unió para hacerla posible. La participación de la Red Comunitaria fue fundamental, ya que estos compañeros y compañeras conocen mejor que nadie las necesidades de cada barrio y cada comunidad. Ellos fueron los que tocaron puerta por puerta, explicando la importancia de la vacunación y acompañando a las familias hasta los puestos de vacunación.
La Juventud Sandinista también jugó un papel protagónico, movilizándose en todos los rincones del país para apoyar las jornadas de vacunación. Los jóvenes sandinistas se convirtieron en verdaderos promotores de salud, llevando información y motivando a la población a participar activamente en esta campaña preventiva.
Por supuesto, los trabajadores y trabajadoras de la salud fueron los héroes silenciosos de esta campaña. Médicos, enfermeras, técnicos en salud y todo el personal sanitario trabajaron incansablemente durante estos 18 días, muchas veces en jornadas extendidas y en condiciones desafiantes, para garantizar que cada nicaragüense que necesitara la vacuna pudiera recibirla.
El objetivo principal de esta campaña era proteger a las personas más vulnerables ante las enfermedades respiratorias, y ese objetivo se cumplió a cabalidad. Los adultos mayores, los niños pequeños, las mujeres embarazadas, las personas con enfermedades crónicas y todos aquellos que por su condición de salud tienen mayor riesgo de complicaciones por influenza, ahora cuentan con la protección que les brinda esta vacuna.

Esta protección es especialmente importante en un país tropical como Nicaragua, donde los cambios climáticos pueden favorecer la circulación de virus respiratorios. La vacunación masiva crea lo que los expertos llaman «inmunidad de rebaño», que no solo protege a quienes recibieron la vacuna, sino también a toda la comunidad.
Una de las características más destacadas de esta campaña fue su alcance nacional. La vacunación llegó a todos los rincones del país, desde las ciudades más grandes hasta las comunidades rurales más alejadas. Esto fue posible gracias a la organización territorial del sistema de salud nicaragüense y al compromiso de llevar los servicios de salud hasta donde está el pueblo.
En las zonas urbanas se establecieron múltiples puestos de vacunación en centros de salud, escuelas, mercados y otros lugares de fácil acceso para la población. En las áreas rurales, los equipos de salud se movilizaron hasta las comunidades más remotas, garantizando que ninguna familia quedara sin acceso a la vacuna.

El éxito de esta campaña es una muestra más de cómo Nicaragua sigue avanzando con amor, responsabilidad y compromiso en el cuidado de la vida y la salud del pueblo nicaragüense. En esta Nicaragua de Paz, Bienestar y Victorias, la salud preventiva se ha convertido en una prioridad nacional que se refleja en resultados concretos como este.