Thomas Kwan, es el nombre del sujeto que ideó un plan macabro para acelerar la muerte de su padrastro, Patrick O’Hara, de 71 años, y así reclamar una propiedad que la madre de Kwan había dejado a nombre de su pareja.
El anciano y la madre de Kwan llevaban más de 20 años juntos, y la herencia, una propiedad ubicada en la ciudad que vivían, estaba destinada a ser entregada tras la muerte de este hombre. Sin embargo, la impaciencia de Kwan por recibir la fortuna lo llevó a tomar medidas drásticas.
La historia comenzó cuando Kwan se registró en un hotel bajo una identidad falsa un día antes del ataque. Para disfrazarse, compró una peluca y un bigote, adoptando un acento inglés con matices asiáticos para no ser reconocido.
El día del incidente, Kwan ingresó a la casa de O’Hara, donde también se encontraba su madre, disfrazado de enfermero. Con una jeringa en la mano, le aseguró a O’Hara que le aplicaría una dosis de refuerzo contra el Covid-19, una excusa que utilizó para acercarse a la víctima sin despertar sospechas.
Sin embargo, en lugar de la vacuna, le inyectó una sustancia tóxica que comenzó a causar un dolor insoportable en el cuerpo del hombre.
En cuanto la sustancia entró en las venas de O’Hara, este comenzó a sentir un intenso ardor en su brazo, seguido de un dolor insoportable que lo hizo gritar pidiendo auxilio. Kwan, al ver el sufrimiento de su padrastro, salió corriendo de la casa antes de ser identificado.
La madre de Kwan, al observar la altura y el comportamiento del supuesto enfermero, comenzó a sospechar que su propio hijo estaba detrás del intento de asesinato. Rápidamente, llamó a la policía para denunciar el hecho, lo que inició una investigación exhaustiva.