El púgil filipino Manny Pacquiao, de 36 años, sigue como centro de atención en el mundo del boxeo después de superar con éxito la operación a la que fue sometido para corregirle el desgarro que sufría en el manguito rotador del hombro derecho.
Como había anticipado su promotor, Bob Arum, Pacquiao ingresó el miércoles en una clínica especializada de Los Ángeles, donde dijo que la intervención quirúrgica apartará por un año de los cuadriláteros al ex campeón del mundo.
Después de la denominada «Pelea del Siglo», que disputó el pasado sábado, en Las Vegas, ante el estadounidense Floyd Mayweather Jr, y perdió por decisión unánime, el equipo de trabajo de Pacquiao, con Arum a la cabeza, y el propio púgil reconocieron que había subido lesionado al cuadrilátero.
Las declaraciones de inmediato generaron la polémica porque supuestamente se había ocultado también la lesión a la Comisión Atlética de Nevada, algo que está prohibido, y por lo que la misma ya ha abierto una investigación a través de la fiscalía del estado.
En todo el país han comenzado a presentarse demandas colectivas contra Pacquiao y sus representantes por ocultar la lesión, al considerarse «engañados» cuando abonaron el coste de 100 dólares por la televisión de pago, compraron entradas e hicieron apuestas.
La primera demanda fue presentada en Nevada el martes, pero ya se han presentado otras en California, Texas e Illinois.
Todas las demandas piden más de cinco millones de dólares en daños y todas afirman que los consumidores fueron defraudados bajo el Acta Comercial Antifraude del estado de Nevada, cuando Pacquiao no dio a conocer su lesión antes de la pelea.