El Real Madrid recibe hoy al Almería con el más experimental de los equipos posibles, consciente de que afronta la última travesía de la temporada; después tocará viajar el sábado a Sevilla y la otra semana a Turín para enfrentarse a la Juventus.
El objetivo es el mismo de las pasadas jornadas: dar contestación al Barcelona (6-0 ayer) y alargar la pelea por la Liga hasta el último minuto del partido final.
Ancelotti anunció ayer las titularidades de Keylor (décimo encuentro del curso) y Jesé (segundo), pero las novedades en el once sorprendieron menos que la inclusión de Odegaard en la convocatoria. El joven talento noruego (16 años), más ahogado por los privilegios de que disfruta que por el cambio de ambiente.
Odegaard se entrena con el primer equipo por contrato y su debut oficial es el siguiente paso de un proceso en el que alguien está acelerando los plazos hasta la desmesura.
En principio, la presencia de Jesé obliga a un cambio de esquema, dado que no rotan ni Chicharito (tres goles en una semana) ni Cristiano (Messi ya está un tanto de sus 39 goles). El nuevo problema (siempre hay uno) es que con el 4-3-3 sobra un futbolista del mediocampo que jugó en Vigo (Kroos, James, Isco e Illarramendi). No olvidemos que Carvajal y Ramos se lo pierden por sanción, mientras Modric, Bale y Benzema se recuperan a distinto ritmo de sus lesiones.
El Almería se presenta en el Bernabéu a un punto del descenso, siempre y cuando la FIFA no le reste tres más por un fichaje irregular. Sergi Barjuán suplirá las bajas de Thievy y Wellington (ambos forzaron tarjeta contra el Eibar) con Edgar y Zongo. El ex del Barça dirige su quinto partido (dos victorias en casa y dos derrotas fuera) con la doble intención de graduarse en milagros y ayudar a Luis Enrique.