Los suspiros, gemidos y hasta los gritos son una parte natural y culturalmente arraigada de las relaciones sexuales humanas. Los expertos afirman que estos sonidos no solo son una expresión del placer, sino que también pueden servir para estimular a la pareja.
Los gemidos son, en su mayoría, una manifestación psicofísica del placer sexual. Según el sexólogo y psicólogo Antoni Bolinches, cuando una mujer experimenta un nivel intenso de satisfacción sexual, es completamente natural que este placer se manifieste en forma de gemidos.
De hecho, Bolinches compara esto con los gritos que emiten los tenistas al golpear fuertemente una pelota debido al esfuerzo físico involucrado.
El neurocientífico estadounidense Barry Komisaruk sostiene que los gemidos durante el sexo son principalmente una respuesta fisiológica, aunque admite que los factores culturales también desempeñan un papel significativo en su expresión.
Por otro lado, el doctor en psicología Christopher Ryan sugiere que las palabras y los gemidos que usamos para expresar placer pueden ayudar a provocar el orgasmo en los hombres y, al mismo tiempo, alimentar su ego.
Es importante destacar que el placer sexual y la expresión de este placer no son exclusivos de los humanos. En primates promiscuos como los chimpancés y los bonobos, las hembras también emiten gemidos para atraer a más machos y asegurar la obtención de los mejores espermatozoides de la especie.
¿Cómo saber si los gemidos son genuinos?
Si alguna vez te has preguntado si tu pareja está realmente disfrutando del sexo, existen algunos indicadores físicos que pueden ayudarte a identificar si los gemidos son auténticos.
En el caso de las mujeres, es posible observar una retracción de la cabeza del clítoris, dilatación de las pupilas, espasmos musculares vaginales, rubor en la piel y sudoración repentina una vez que alcanzan el orgasmo.
Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que cada individuo es único y las respuestas sexuales varían ampliamente. Lo que es cierto para una persona puede no aplicarse a otra. La comunicación abierta y la empatía en la intimidad son clave para garantizar una experiencia sexual satisfactoria para ambas partes.