Este miércoles se cumplen 29 años de la muerte del cantante de salsa puertorriqueño Héctor Juan Pérez Martínez, mejor conocido como Héctor Lavoe.
Héctor nació el 30 de septiembre de 1946 en Ponce, Puerto Rico, y durante su juventud, creció escuchando música de intérpretes como Chuíto el de Bayamón y Daniel Santos.
A los 17 años de edad, Héctor migró a Nueva York, donde trabajó como cantante en locales y bandas del barrio latino del Bronx, hasta que en 1967 se unió a la agrupación dirigida por Willie Colón.
La potente y nasal voz de Lavoe encontró junto a Colón un nuevo ritmo musical latino, precursor de aquello que se conoció después como salsa urbana.
Con el elocuente nombre de “El Malo”, Colón y Lavoe grabaron juntos su primer álbum.
Siete años más tarde, Lavoe emprendió la carrera en solitario con el disco La Voz. Sin embargo, Willie Colón siguió a su lado como productor y arreglista en algunos de sus mejores álbumes.
Todos ellos fueron, a principios de los 70, del colectivo de estrellas de la salsa reunidos por la empresa Fania, la cual también integró personalidades como Celia Cruz y Tito Puente.
Héctor Lavoe y Colón grabaron para el sello Fania trabajos muy notables, entre otros Crime Pays (1972), The Good, the Bad and the Ugly (1975) o De ti depende (1976); este último incluyó uno de sus temas más célebres: Periódico de ayer.
Posteriormente, en 1978 publicó Comedia, uno de sus mejores trabajos discográficos, que alcanzó gran popularidad gracias al tema El Cantante, y en 1983 editó Juanito Alimaña, un clásico en la línea de Pedro Navaja.
Héctor Lavoe era un hombre carismático y apasionado por la música. Sin embargo, los vicios lo llevaron a vivir momentos lamentables como la muerte de su hijo y su intento de quitarse la vida, al caer de un edificio; por consecuencia, padeció de problemas de salud tiempo después.
El 29 de junio de 1993, Lavoe falleció en Nueva York a causa de un paro cardiaco.
Miles de personas de las comunidades latinas de Nueva York, en particular los puertorriqueños, rindieron homenaje a Lavoe ofreciendo sus condolencias en el «Frank E. Campbell Funeral Home» situado en la avenida Madison en Manhattan.
Una multitud de personas hicieron fila para ver el cuerpo de Lavoe, llegando a ocupar gran parte de Nueva York bloqueando hasta los alrededores de la Quinta avenida.