Cada cuatro años se agrega un día más al mes más corto deñ año que es febrero siendo este un mes con 29 días en lugar de 28, es decir que el año tendría un total de 366 días, a esto se le llama el año bisiesto.
La razón es simple, mucho antes de que este término existiera, los egipcios habían desarrollado una medición del tiempo, los días y los meses en base a las fases lunares, las cuales fueron importantes para determinar que el año tenía un total de 365 días.
Sin embargo, según los investigadores, existía un desfase que los egipcios no tomaron en cuenta.
Además de 365 días, el año contaba con 5 horas y 48 minutos más,lo cual con el pasar de los años generó un desfase de siglos.
Fue en el año 46 a.C. cuando el emperador romano Julio César, mandó a cambiar el calendario con el fin de ajustar de manera definitiva el año, dándole un día más al mes de febrero cada cuatro años, para que de esta manera los años y el tiempo siguieran su curso.
Sin embargo no fue fácil, ya que ese mismo año llamado «El año juliano» (de la confusión) se le denominó así por ser el año más largo con un total de 444 días, ya que sólo de esta manera se podría ajustar el tiempo al nuevo calendario.
Pero, fue años después cuando el Papa Gregorio XIII, implementó el calendario gregoriano, el cual fue el que le otorgó a febrero un día más.