Hasta que intervino una mujer, el chofer impidió que ese africano subiera al autocar y, cuando accedió, indico que solo se podía sentar en la parte final porque los asientos delanteros estaban «reservados para los blancos».
Este incidente sucedió en febrero, aunque las autoridades alemanas mantuvieron el suceso en secreto. El conductor racista fue sancionado con una multa, pero ya se ha reincorporado al servicio.