Es curioso cómo un objeto que está pensado única y exclusivamente para el placer, puede ser de repente convertirse en un instrumento de dolor y emergencia, hablamos del juguete sexual (el que prefiera el lector).
La experiencia más desagradable puede ocurrir cuando este juguetito se quede atascado dentro, ya sea en la vagina o el ano.
Pero qué hacer ante esta situación.
La primera recomendación es no alarmarse. La vagina, como ya sabemos tiene un tope, que es el cuello del útero, y de ahí no va a pasar, aunque nos parezca que se irá más adentro, esto no pasará.
Si un producto de este tipo se queda dentro de la vagina y se puede tocar, lo que más nos va a ayudar a expulsarlo es relajar los músculos del suelo pélvico, apoyándonos en la respiración, cogiendo aire y sacándolo profundamente a la par que se intenta echar el juguete.
En el caso de que no se pueda tocar, es importante lubricar bien la zona vaginal para intentar abrir manualmente con los dedos la entrada de la vagina y realizar sentadillas, hay que intentar extraerlo usando la fuerza de la gravedad. Si ninguno de los consejos funciona, lo mejor será acudir al centro hospitalario más cercano.
¿Y si el juguete sexual se queda atascado en el ano?
Hay que tener en cuenta que el ano, a diferencia de la vagina, no tiene tope. En este sentido, “el juguete puede navegar por los intestinos, de forma que, si se ha quedado dentro del ano, la recomendación es dirigirse inmediatamente al servicio de Urgencias más cercano para que lo extraigan”.
Será muy normal sentir vergüenza, pero nos es necesario aclarar que, este tipo de consultas médicas son más frecuentes de lo que parece.