Tu Nueva Radio Ya investigó exhaustivamente por qué no debemos usar los tan famosos hisopos para limpiar nuestro oídos.
1.- La cera no es suciedad que debe eliminarse a toda costa. Más bien forma una capa protectora que resguardar la piel del conducto auditivo (que es muy sensible). Además, impide la entrada del agua, del polvo y de la mugre.
2.- La cera es también un antibiótico natural. Una vez eliminada, tienes más probabilidades de contraer una infección en los oídos.
3.- Si el hisopo es exactamente del mismo tamaño que el canal auditivo, podrías empujar la cera demasiado profundamente hacia el interior.
4.- Si empujas el hisopo muy profundamente podrías tener problemas con el equilibrio o para escuchar.
5.- Podrías perforar la membrana del tímpano (que es muy delicada) con la punta del hisopo.
6.- No utilices un hisopo para secar tus odios en caso de querer sacar el agua que le ha caído dentro, lo mejor es que les apliques la secadora de pelo graduada a la temperatura menos cálida hasta que el agua se evapore.