El menor que fue encontrado demacrado y lleno de gusanos luego que su familia lo diera por muerto, ha logrado una increíble mejoría gracias al trabajo de una voluntaria en África
La imagen del niño desnutrido tomando un sorbo de agua que le ofrece una voluntaria en Nigeria rompió corazones en todo el mundo el mes pasado.
El menor, que ahora se llama Hope (Esperanza, en inglés), fue abandonado por su familia porque pensaron que era brujo. Anja Ringgren Loven, una mujer danesa que vive en Nigeria, lo halló en la calle el 31 de enero.
Loven compartió en redes sociales una serie de fotografías que muestran la milagrosa recuperación de Hope en sólo ocho semanas, y afirmó que «ahora está disfrutando la vida».
Cuando Loven vio al niño, que ya llevaba ocho meses valiéndose por sí mismo y viviendo de las sobras, se inclinó y suavemente comenzó a alimentarlo. Luego, lo envolvió en una manta y lo llevó al hospital más cercano para que recibiera tratamiento.
Cuando Hope llegó al hospital, se le dio una medicación para eliminar los gusanos de su estómago y comenzaron las transfusiones de sangre diarias para renovar las células rojas de la sangre en su cuerpo, según explicó Loven.
Dos días después que la voluntaria pidiera ayuda con las costosas facturas médicas de Hope, recibió USD 1 millón en donaciones de todo el mundo. Tan sólo ocho semanas más tarde, Hope estaba irreconocible: ganó peso y fue visto sonriendo y jugando con otros niños.
Loven subió fotos de Hope el sábado y escribió: «Como se puede ver en las imágenes, ahora Hope está disfrutando su vida. Tiene 35 nuevos hermanos y hermanas que lo cuidan muy bien, juegan con él, estudian con él y se aseguran de brindarle una gran cantidad de amor».
