1.- Reduce la cantidad de comida
Si tus almuerzos y sobre todo cenas siempre son abundantes y están repletas de grasas es más probable que experimentes reflujo.
2.- No duermas inmediatamente después de comer
Tanto para la siesta como para el descanso nocturno se aplica la misma norma. Irse a la cama con el estómago lleno sin haber hecho la digestión favorece la aparición del reflujo. Por ello, lo mejor es esperar mínimamente una hora antes de ir a dormir.
3.- Duerme con la cabeza elevada
Puedes ponerte más almohadones en la cabecera de la cama. Si la cabeza está por debajo de la altura del estómago es más factible que el esfínter se abra y deje escapar la comida y los ácidos.
4.- Evita fumar y beber café o bebidas alcohólicas
El tabaco ataca el estómago, daña la mucosa y relaja la válvula del esófago. Por otro lado la cafeína ocurre todo lo contrario ya que estimula la compuerta y no permite que se relaje y cierre como corresponde. Lo mismo que con el alcohol.
5.- Mantén un peso adecuado
La acumulación de grasa en el abdomen ejerce mayor presión sobre el estómago y como consecuencia hace que el esfínter esofágico se abra.
6.- Evita consumir comidas líquidas
Los licuados, jugos, sopas, caldos o batidos no son aconsejables si se tiene reflujo, ya que pueden empeorar los síntomas.
7.- No bebas mientras comes
Aunque se trate de agua templada. Mejor que bebas antes de empezar a comer o media hora después de la ingesta.