Investigadores médicos destacaron importantes hallazgos sobre las condiciones de salud subyacentes que pueden manifestarse a través de la disfunción eréctil.

Según estudios publicados en el American Journal of Epidemiology, enfermedades neurológicas como el Parkinson pueden afectar significativamente la función sexual al comprometer el sistema nervioso autónomo.
Los especialistas señalan que las alteraciones tiroideas, particularmente el hipertiroidismo, pueden provocar dificultades en la función eréctil debido a la alteración del metabolismo.
Además, el Instituto de Urología y Medicina Sexual ha identificado diversos trastornos prostáticos, incluyendo la hiperplasia benigna, prostatitis y cáncer de próstata, como causas frecuentes de esta condición.
Las investigaciones también revelan que las dislipidemias juegan un papel crucial, ya que la acumulación de colesterol en las arterias puede dificultar el flujo sanguíneo necesario para una función eréctil normal.
Los factores psicológicos no son menos importantes, pues entre el 10% y 20% de los casos están relacionados con ansiedad, estrés o depresión.
Los profesionales de la salud enfatizan la importancia de considerar la disfunción eréctil como un posible indicador de otras condiciones médicas subyacentes, recomendando una evaluación médica integral para determinar y tratar las causas fundamentales.