– Trabajar en lugares donde la persona se puede encontrar expuesta a productos químicos como el arsénico, el cloruro de vinilo, los cromatos de níquel y los productos derivados del carbón.
– Exceso o deficiencia de vitamina A.
– Personas que conviven con fumadores.
– Persona que fuman frecuentemente.
– Exposición a químicos cancerígenos, como el uranio, el berilio, el cloruro de vinilo, los cromatos de níquel, los productos del carbón, el gas mostaza, los éteres clorometílicos, la gasolina y los productos de la combustión del diesel.
– Exposición al gas radón.
– Antecedentes familiares de cáncer pulmonar.
– Altos niveles de contaminación del aire.
– Altos niveles de arsénico en el agua potable.
– Radioterapia en los pulmones.