Lluvias torrenciales inundaron extensas áreas del este de Australia, con ríos desbordados y carreteras tragadas por el agua, y dejaron al menos tres muertos y unas 50.000 personas aisladas.

En apenas dos días, algunas zonas del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sydney, en Australia, recibieron la cantidad de precipitación habitual en cuatro meses.
La policía extrajo tres cuerpos del agua, tras las crecidas registradas en la región de Mid North Coast, una región fluvial situada a unos 400 kilómetros al noreste de Sídney.
En muchos lugares, el agua creció súbitamente y obligó a muchos habitantes a subirse a los tejados de sus casas. Las autoridades despacharon helicópteros, barcos y drones en una operación de búsqueda de otras posibles víctimas y rescate de los habitantes aislados.