Decenas de miles de australianos continuaban aislados y miles de hogares seguían sin electricidad este sábado, días después de unas tormentas torrenciales en el este del país que provocaron importantes inundaciones.

Aunque las crecidas remitían tras las intensas lluvias de comienzos de semana, más de 20 avisos de emergencia continuaban vigentes en Nueva Gales del Sur, el estado donde se sitúa Sídney y donde se concentraron las precipitaciones.
Las servicios locales de emergencia estiman que 10.000 propiedades resultaron dañadas por las inundaciones. Además, unas 50.000 personas estarían todavía aisladas por el agua, agregaron.
«Continuaremos reabasteciendo a los residentes aislados por tierra, mar y aire como parte de nuestra respuesta», dijo el superintendente Paul McQueen, de los servicios de emergencia.