Más de 50 personas han perdido la vida por el hundimiento ocurrido en una mina del desierto de Howaid, ubicada entre las ciudades de Atbara, en Sudán, en una catástrofe que ha conmocionado a todo el país africano.
El accidente ocurrió en la mañana del sábado, cuando una gran cantidad de arena y rocas cayó sobre los mineros que buscaban oro en esta zona desértica.
Según informa el diario Sudan Ajbar, se trata de una zona de minería tradicional donde predomina la actividad sin licencia alguna de las autoridades, lo que hace que los trabajadores operen sin las medidas de seguridad necesarias.
La magnitud del derrumbe fue devastadora. Los mineros que se encontraban trabajando en el lugar quedaron completamente sepultados bajo toneladas de arena y rocas, sin posibilidad de escapar cuando comenzó el colapso de la estructura de la mina.
Decenas de cuerpos han sido ya recuperados de entre los restos del derrumbe, pero las operaciones de rescate se están realizando con medios muy limitados. Los equipos de rescate no cuentan con maquinaria pesada ni personal especializado, lo que está ralentizando considerablemente las operaciones para encontrar posibles sobrevivientes o recuperar más cuerpos.
La ubicación de Howaid añade otra complicación a esta tragedia. Aunque está en el estado de Río Nilo, se encuentra muy cerca del estado de Mar Rojo, lo que complica la supervisión por parte de las autoridades debido a la superposición de jurisdicciones y la falta de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno.
Lo más preocupante de esta tragedia es que no es un hecho aislado. Hace solo dos meses, varias personas resultaron heridas gravemente por otro derrumbe similar ocurrido en la misma zona sudanesa, sin que se hayan tomado medidas de prevención efectivas para proteger a los miles de mineros que trabajan en el lugar.
Miles de personas dependen de esta actividad minera para sobrevivir, pero lo hacen arriesgando sus vidas todos los días. La búsqueda de oro en el desierto se ha convertido en una actividad desesperada donde la necesidad económica supera las consideraciones de seguridad.