Ingenieros de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos desarrollaron el chip inalámbrico más pequeño del mundo, el que tiene el tamaño de un ácaro del polvo.
Según los especialistas, en el futuro podrá ser introducido en el cuerpo humano con una aguja hipodérmica para monitorear condiciones médicas.
«Queríamos ver hasta dónde podíamos empujar los límites para construir el chip funcional más pequeño posible», dijo el coordinador del estudio, Ken Shepard.
«Se trata de una nueva idea de ‘chip como sistema’: es un chip que, por sí solo, sin nada más, es un sistema electrónico de funcionamiento completo», explicó el especialista.
El nuevo chip ocupa un volumen total de menos de 0,1 mm³ y solo es visible con la ayuda de un microscopio. Dado su tamaño, el equipo utilizó ultrasonidos para alimentar y comunicarse con el dispositivo de forma inalámbrica.