El Ministerio Público español está pidiendo entre 12 y 8 años y medio de prisión para tres nicaragüenses, dos españolas y una peruana, que conformaban una red criminal, que explotaba laboralmente a siete pinoleras y a otras siete mujeres en Sevilla y Bilbao.
Las detenidas serán juzgadas en la Audiencia Provincial de Sevilla el próximo lunes 20 de septiembre.
Según la Fiscalía, la organización criminal captaba a las mujeres en Nicaragua, y a otras que ya estaban en España con la intención de explotarlas laboralmente, bajo la falsa promesa de un trabajo digno y bien remunerado en el servicio doméstico, asumiendo los gastos de su viaje a España y simulando su entrada como turistas por el aeropuerto de Bilbao para trasladarlas posteriormente a Sevilla.
Una vez en España, a las mujeres les comunicaban que habían contraído una deuda de hasta los 7.000 euros, y que debían de abonar trabajando en los empleos que les buscaban en el servicio doméstico y en el cuidado de personas mayores. Como garantía de la deuda debían entregar escrituras de propiedades que ellas o sus familiares más cercanos poseían en Nicaragua.
Los acusados también amenazaban a sus víctimas, en caso de no aceptar estas condiciones, con denunciar ante las autoridades su situación irregular en España para que fueran expulsadas a Nicaragua, señala el escrito fiscal.
De acuerdo al Ministerio Público, la organización delictiva está acusada por un delito continuado de tráfico ilícito de migrantes en su modalidad de ayuda a la entrada y permanencia, un delito de trata de seres humanos con fines de explotación laboral agravado por pertenencia a organización criminal y un delito contra los derechos de los trabajadores.
En concepto de responsabilidad civil, la Fiscalía solicitó que los acusados indemnicen a cada una de las siete víctimas con cantidades que van desde los 8.000 y 15.000 euros, además de la prohibición de contactar o acercarse a ellas por un periodo de 10 años.
El Ministerio Público señala que a la cabeza de la organización había dos mujeres llamadas Virginia J. G. P. y Enma P. C. una de las cuales les quitaba los pasaportes a sus víctimas, y se conoció de hasta varios intentos de agresión sexual por parte de otros miembros de la organización.