Un ciudadano de apellidos Maldonado Pérez, de 38 años de edad, se quitó la vida mediante la asfixia mecánica en la casa de unas amistades de la Iglesia católica 3 cuadras abajo, en el barrio Santa Ana Norte, en Managua.
Klaus Pérez, dijo que su hermano tenía 15 días de andar ingiriendo licor, y que anoche habló con él y lo notó tranquilo. Tampoco le manifestó ninguna preocupación o tristeza.
El hombre era casado, tenía a su cargo a su esposa y a dos niñas que ella procreó en una relación anterior, y vivían en el barrio Nueva Vida, de donde él se iba al barrio Santa Ana, a beber con sus amigos de tragos, cada seis meses.
El infortunado laboraba como guarda de seguridad, oficio que desempeñó con disciplina y le permitía el sustento de su familia.
De igual manera, un hombre de apellidos Huerta Zelaya, de 65 años de edad, acabó con su existencia tomando supuestamente dos tabletas para curar frijoles en uno de los cuartos de su casa ubicada de La Caimana, una cuadra al Lago, dos arriba y media al Sur, en el Distrito 4 de Managua.
Allegados del suicida indicaron que desconocen las razones por las cuales el señor Huerta pudo haber tomado la errada y fatal determinación.