Las víctimas de explotación laboral y sexual de origen nicaragüense se han multiplicado por 11 en tan solo un año en España, según revelan las cifras oficiales de autoridades de ese país.
Un reciente informe especificó que en el 2019 se detectaron 7 casos, y el último estudio completo arrojó 80 víctimas de ese delito de los tratantes de personas.
De esta manera, las nicaragüenses se ubican en el segundo puesto, por detrás, y muy de cerca, de Marruecos con 86.
Asimismo, el número de detenidos nicaragüenses responsables de este tipo de trata de seres humanos también subió al tercer lugar, detrás de los españoles y los rumanos.
Las autoridades destacaron el reclutamiento de víctimas en Nicaragua, a través de amigos o conocidos, para explotarlas laboralmente o prostituirlas en España.
Detallaron que luego de ofrecerles trabajo como domésticas, cuidadoras de ancianos y de discapacitados en España, los criminales les pagan el pasaje y al final les hacen una cuenta de hasta seis mil euros, con la cual quedan a merced de los delincuentes.
Los tratantes colocan a algunas mujeres como empleadas de familias por lo cual cobran un mil euros mensuales, lo que es recibido por ellos, y en caso de que las víctimas intenten huir y denunciarlos, las amenazan con hacer daños a sus familiares en Nicaragua por medio de matones.
En el caso de la prostitución, les ofrecen falsas promesas de trabajo y prosperidad, y acaban en pisos, hacinadas con otras compatriotas, a quienes también coaccionan diciéndole que si hacen lo que ellos les ordenan, le van a mandar a matar a sus familiares.
Las amenazas son psicológicas y físicas, sobre ellas o sus familiares más queridos, del tipo: “Le vamos a partir las piernas a tu hijo”, o les mandan las fotografías de estos para continuarlas sometiendo.