Unas tristes y otras felices, así reaccionaron muchas personas, después de que un potente rayo mató 21 vacas de un solo tirón mientras se encontraban pastando bajo un fuerte aguacero en una finca de la Isla de Ometepe, en el departamento de Rivas.
La noticia sobre la muerte de sus reses le cayó como un balde de agua fría a los dueños, quienes la mañana de este domingo se vieron obligados a proceder a destazarlas para vender una parte y a regalar el resto para evitar que se fuera a perder.
Los más felices fueron los vecinos, quienes hoy solo tuvieron que poner el complemento, en el caso de los que recibieron regalados el corazón, el hígado, los huesos, la cola y otras partes de las vacas, porque lo demás fue vendido a precios razonables para poder rescatar un poco la inversión.