Los países civilizados deberían ser los primeros en dar el ejemplo de respeto para que la humanidad camine hacia un mundo mejor, fue parte del discurso del Comandante Daniel Ortega, Presidente de la República de Nicaragua durante el acto de conmemoración de los 50 años del terremoto de 1972 en Managua.
El Presidente hizo la reflexión haciendo referencia a la canción de la alegría, reproducida durante la ceremonia y en la que se repite el llamado a la hermandad.
“Soñando del día en que todos lleguemos a ser hermanos en este planeta. En que todos lleguemos a ser hermanos aquí en nuestra tierra, Nicaragua, en todo Centroamérica, en toda América Latina El Caribe, en todo el continente americano, desde Alaska hasta la Patagonia”, expuso.
Aseguró que se trata de un sueño “que luce distante”. “Porque es difícil encontrar paz, hermandad, fraternidad en la familia humana. Guerra, sanciones, agresiones, bloqueos, prácticas terroristas de los países que se dicen civilizados, que deberían dar el ejemplo para que caminemos todos hacia un mundo mejor, donde nos encontramos como hermanos, que pasa por el principio del respeto”, afirmó.
Al respecto profundizó en que ese respeto debe darse independientemente del tamaño, ideología o religión de los países. “El principio del respeto. Que está escrito ahí, consignado en Naciones Unidas, pero que los primeros que irrespetan ese principio son los países que se dicen civilizados”, enfatizó.
Expuso que esas naciones son las más desarrolladas en el planeta y que han demostrado una práctica de apoderarse de naciones y continentes enteros colonizando.
“Todos esos países europeos, fariseos, tienen el pecado mortal de haber desatados guerras entre ellos mismos disputándose el dominio del planeta, la hegemonía del planeta, entre ellos mismos, en esas matanzas entre ellos mismos, de ellos mismos, de sus entrañas, de sus entrañas envenenadas, era normal, era natural que saliera el nazismo, era normal que saliera un Hitler”, apuntó.
El Comandante afirmó que Hitler fue aplaudido por los grandes empresarios norteamericanos de la época, pero que sus prácticas han proliferado.
“En estos tiempos el nazismo se ha expandido, se ha reproducido. En los mismos países europeos, que fueron ocupados por la Alemania Nazi y en la misma Alemania, ahí están los partidos nazis, multiplicándose, ocupando asiento en el parlamento europeo, ocupando gobiernos, hay gobiernos pronazis en Europa. ¡Ah, pero son los demócratas!”, señaló.
El nazismo, denunció, ha dado paso a una guerra entre Rusia y Ucrania. “Porque Ucrania, un país dominado por el nazismo, por el fascismo, cuando la segunda guerra mundial, la Unión Soviética tuvo que ayudar con mucha fuerza de Ucrania para poder dominar al nazismo que tenía una enorme base allí en Ucrania, pero al igual que en el resto de Europa, donde ya parecía que había desaparecido el nazismo, ahí quedó con tanta fuerza como para atacar a Rusia. Y obligando a Rusia, en todo su derecho, a librar una batalla para defender no solamente a los ciudadanos rusos del nazismo, porque si Ucrania se impusiera en esta batalla, el nazismo se impone en el mundo. Donde incluso en los Estados Unidos tenemos también enormes manifestaciones de nazismo”, pronunció.
Dijo que fueron los mismos europeos los encargados de encadenar África. “Los convirtieron en esclavos. Europa es la madre maldita de la esclavitud. Y traficaron con los esclavos, hicieron negocios con los esclavos, era como andar vendiendo, andar vendiendo lampazos, andar vendiendo objetos”, añadió.
El Presidente de Nicaragua recordó que eran los europeos que se habían adueñado del mundo, incluidos los Estados Unidos. “Ahí miles de esclavos murieron bajo el látigo de los esclavistas norteamericanos. Fíjense, lo que llaman la cuna de la democracia; esclavista. La otra cuna de la democracia esclavista. Se libró una batalla heroica ahí con la revolución francesa, es cierto. Se reivindicaron esos principios pero ahí estaba siempre el fascismo, el esclavismo, el neocolonialismo, eso no desapareció, eran cambios nada más de letreros, pero la explotación continuaba, porque el mundo estaba dominado y sigue dominado por lo que el Papa Juan Pablo II llamó capitalismo salvaje”, insistió.
Afirmó que es el deporte el máximo instrumento para unir y encontrar a los pueblos. En ese orden, advirtió que sin embargo el fanatismo es tan grande que puede llegar a generar grandes peleas e incluso muertes.
“El fanatismo es tan terrible que no ha logrado convertir el deporte realmente en un deporte que permita unir a los pueblos. Y está bien que cada bien tenga su simpatía con equipos, pero lleguen a linchar a los otros porque le ganaron a su equipo. Y eso se produce en países que se dicen muy civilizados, sobre todo, son conocidos los grupos que se organizan en los eventos deportivos en Europa, sobre todo en el fútbol, se organizan grupos de adultos, jóvenes, que van de un país a otro, van a apoyar a su equipo, pero van preparados también para la pelea”, reflexionó.
En Nicaragua, dijo, el fanatismo ha bajado. “Pero yo recuerdo bochinches, peleas en los estadios y todavía recuerdo en los años ochentas, una tremenda pelea que se armó en Masaya, ya hasta nos estaban pidiendo que mandáramos helicópteros para sacar a los equipos del Bóer, que le había ganado a Masaya”, recordó.
Valoró que la música y el arte trascienden a la confrontación y acercan el alma de los pueblos. “Un acercamiento que se da en medio de la euforia, la música, el canto, pero de repente también la pelea ahí, por la combinación del canto con el licor, entonces se pone pelea. No siempre es un campo de paz un festival musical. Pero generalmente aquí se ha logrado ya que los festivales musicales se conviertan en campos de paz, campos de unidad, donde los que están reunidos ahí no están haciendo diferencias políticas ni religiosas sino que están disfrutando del arte que ahí se está presentando”, valoró.
Sin embargo dijo que si hay algo que realmente acerca a la especie humana son las tragedias, hecatombes donde surge la solidaridad y las diferencias desaparecen, por lo que hizo memoria de la tragedia ocurrida en el terremoto de 1972.
Comparó esa tragedia natural, con el desastre causado por las bombas atómicas que impactaron en Japón.
“Donde no había ejército, sólo había población civil. Y lanzaron las bombas en Hiroshima y Nagasaki. Un asesinato brutal, colectivo, donde el horror que se vivió no fue suficiente como para decir de parte de los que habían lanzado la bombas atómicas, los padres de la democracia, los Estados Unidos de Norteamérica, fueron los que lanzaron esas bombas sobre Hiroshima y Nagasaki. Después de ese crimen tan brutal, repudiado hasta estos días, hasta estos tiempos por la humanidad y no han pedido perdón por ese crimen y más bien dijeron que las bombas eran tan poderosas, que mataban tanta gente y que matando tanta gente podían lograr que se rindieran los países porque el combate con los soldados japoneses y los soldados gringos, no se rendían los japoneses ¿Y qué hicieron los gringos? Bombardear las ciudades, asesinando niños, mujeres, jóvenes, todo lo que había en las ciudades, más de 200 mil muertos obligaron a la rendición de Japón”, aseguró.
Manifestó que ese crimen no sirvió para que se levantara una oleada de repudio o acciones en las “mal llamadas” Naciones Unidas para erradicar o prohibir la bomba atómica.
Al contrario, mencionó, que los Estados Unidos se sintieron en poder de un arma de tal poder que procedieron a construir más de ellas. “Y cada día con más potencia, con más poder de destrucción y obligaron entonces a otros países a construir armas atómicas para que no les pasara lo que les había pasado en Hiroshima y Nagasaki a Japón”, manifestó.
Mencionó que naciones como la República Popular Democrática Corea a construir armas atómicas para evitar ser atacados tan fácilmente. “Fruto de las políticas imperialistas que han provocado la multiplicidad, multiplicación del armamento atómico en el mundo. Y si lo vemos como un tema de legítima defensa, lo dije en Naciones Unidas, que igual derecho teníamos todos de buscar el arma atómica para poder defendernos y no podía ser un derecho exclusivo de los poderosos, de los ricos, de los imperialistas”, comentó.
Señaló que la situación sería distinta si todos los países sancionados en América Latina tuvieran posesión de ese letal instrumento. “Otra sería la situación, porque aquí estamos cerquita de los Estados Unidos y ya con armas atómicas… Recordemos la crisis que se provocó en octubre con Cuba, cuando Cuba tenía cohetes. Nosotros por principios sí, por principios, estamos en contra de la existencia de las armas atómicas. Entendemos perfectamente las razones que tienen muchas naciones de contar con armas atómicas y buscar cómo contar otros con armas atómicas porque están siendo amenazados permanentemente por las potencias imperialistas, pero aquí en nuestra América Latina y Caribeña tenemos el compromiso de que todos estos territorios, todos estos países tienen que estar libres de el arma atómica. Ese es un principio que tenemos y lo seguiremos cumpliendo”, resaltó.
Sin embargo dijo que no es justo sancionar y bloquear países por su interés de construir este armamento, mientras las potencias están en posesión del mismo y siguen construyendo y mejorándolo.
“Indiscutiblemente que esa es una actitud, una situación, una tragedia para el mundo que nos aleja del derecho que tenemos todos en este planeta de tratarnos, vernos como hermanos”, mencionó.
Hace 50 años el titular fue “En 30 segundos, sólo Hiroshima, y Managua”, recordó, pero fue, dijo también, el momento en que los nicaragüenses se reencontraron como hermanos.