Bismarck Martínez vive y se multiplicó en miles

Y de miles pasaron a convertirse en una multitud que acompañaron el cuerpo del compañero Bismarck Martínez por las diversas calles de la capital para darle el último adiós hasta el Cementerio General de Managua, donde el padre Antonio Castro realizó una eucaristía para honrarlo y cantarle la Misa Campesina.

«Este no es un día de dolor, no es un día para llorar, es un día de fiesta espiritual, de alegría espiritual, es un día para celebrar la vida de Bismarck Martínez, el hombre que trabajó por la paz y por la vida», dijo el padre Castro.

Y precisamente Bismarck Martínez es de los hombres que nunca mueren, porque se convirtió en inmortal y eso quedó demostrado con los miles y miles que acompañaron a su familia, a su esposa Myrlen Méndez, a sus hijos y nietos que vistieron de blanco para honrarle su vida llena de amor.

 

«Bismarck venció la muerte, Bismarck vive en cada uno de nosotros», afirmó Castro.

“Dichoso los que trabajan por la paz, porque eso son los hijos de Dios y eso es lo que hizo Bismarck  Martínez trabajar por la paz, la paz que significa impulsar el desarrollo, el progreso, el bienestar, la educación, el bienestar de todo su pueblo, y esa es la misión que cumplió a plenitud”, destacó el cura párroco de la iglesia La Merced en el barrio Larreynaga.

Subrayó que Bismarck Martínez no vivió para sí mismo, también lo hizo para Dios, porque fue un hombre profundamente cristiano que se entregó al servicio desde su trabajo, desde su experiencia para dar vida y soluciones a los problemas de las personas.

Hasta la victoria siempre

Su hija Myrlen Martínez no pudo evitar llorar cuando veía que el féretro con su padre era depositado en la bóveda donde permanecerá en otro plano de vida, pero aún con su dolor dio infinitas gracias al pueblo por haberse entregado durante los últimos meses para encontrar el cuerpo de su padre.

“Lo despido hasta la victoria siempre, sé que es inexplicable el dolor que siento, pero al mismo tiempo es una victoria porque le pedimos al Señor Jesucristo por 11 meses y hoy le damos la honra y gloria a Él. Gracias a este pueblo revolucionario que nunca nos dejó abandonado y junto a ellos, aquí estamos. Hasta la victoria siempre”, dijo Myrlen Martínez.

Desde el Palacio Nacional de Cultura hasta el cementerio general, las calles se inundaron de nicaragüenses que gritaban muy emocionados que Bismarck Martínez está presente y muy presente en cada programa de vida, en cada calles para el pueblo, en cada jornada de vacunación.

Esas calles llenas de nicaragüenses, de mujeres y hombres de todas las edades, portando la bandera rojinegra y la azul y blanco, ratificaron sus deseos de paz, de vivir en una Nicaragua en desarrollo.

“Su lucha siempre fue por los pobres, hoy descansa en paz, lo encontramos y ahora aquí estamos dándole cristiana sepultura, gracias a Dios y al pueblo que nos ha acompañado”, señaló don Ignacio Martínez, hermano de Bismarck.

En ese trayecto lleno de emotividad, de dolor por la forma brutal que fue asesinado, familias salieron de sus casas para saludar esa avalancha de pueblo que acompañó a Bismarck Martínez a su última morada en donde los suyos podrán llevarle flores y cantarle en cada cumpleaños a como era costumbre.

“Con esta inmensa avalancha de gente se ha demostrado que los sandinistas no nos vendemos, ni nos rendimos. Bismarck Martínez es el héroe del amor, su sacrificio valdrá la pena, porque con este Gobierno sandinista se está demostrando que nuestra misión es trabajar por el desarrollo y Bismarck eso hizo, trabajó por el desarrollo de Managua y de Nicaragua”, señaló Alejandro Useda Andino.

Bismarck Martínez nos dejó físicamente, su féretro fue puesto en la bóveda del cementerio a las 6:40 de la tarde, y en ese momento se escuchaba la música testimonial La Consigna, esa misma que tantas veces cantó para ratificar su lealtad incondicional con el Frente Sandinista, Bismarck Martínez vive y se convirtió en multitud.

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