El próximo 26 de febrero continuará el juicio en contra de Germán Antonio Hurtado Castro quien fue acusado por parricidio frustrado en perjuicio de su hermano, Jehovín Alfonso Urbina Castro, a quien le clavó dos puñaladas.
![Germán Antonio Hurtado Castro](https://nuevaya.com.ni/wp-content/uploads/2025/02/german-antonio-hurtado-castro.jpg)
El hecho de sangre ocurrió en el barrio Walter Ferreti, en el reparto Schick, de Managua, el 23 de noviembre del 2024.
Según la acusación, los hechos comenzaron a las 4:50 de la tarde cuando Jehovín regresó a la casa que compartía con su hermano, Germán Antonio, después de haber tirado la basura.
Al verlo entrar, el acusado lo cuestionó sobre el lugar donde había arrojado la basura, y le dijo: “Vos, chavalo hijuep…¿para qué botaste la basura en el cauce?”. Al ver a su hermano agresivo, la víctima se retiró de la casa para evitar problemas.
Sin embargo, unos minutos después, cuando la víctima regresó al hogar, su hermano lo atacó con el mismo cuchillo, asestándole puñaladas en el tórax y la espalda, que pusieron en peligro su vida.
El ataque pudo haber sido mortal de no haber sido por la rápida intervención de la madre de ambos, doña Flora Elena Castro, quien detuvo al acusado y trasladó a su hijo herido al Hospital Manolo Morales donde fue intervenido quirúrgicamente.
Las heridas dejarán cicatrices y marcas visibles en el cuerpo de Jehovin Alfonso Urbina Castro, y aún se determinará si el ataque causará complicaciones médicas a largo plazo.
Durante el inicio del juicio, la Fiscalía presentó ante la jueza décimo tercero de juicio penal el testimonio de los inspectores de la escena del crimen; quienes determinaron la hora, momento y lugar en el que sucedió el hecho.
Sin embargo, durante la audiencia inicial, el lesionado llegó a los juzgados y sorprendió a los presentes al declarar que fue él quien tuvo la culpa de que su hermano mayor le metiera las dos cuchilladas.
El lesionado dijo que ambos andaban ebrios y que en realidad él no se apartó cuando su hermano lanzó las cuchilladas y ahora siente pesar de que esté durmiendo en la cárcel.
“Fue mi culpa” dijo Jehovín con voz temblorosa, mientras pedía perdón a la jueza para su agresor, asegurando que el ataque que casi le cuesta la vida no fue intencional.
A pesar del perdón y el pedido de clemencia de la víctima, las pruebas contra Hurtado Castro son contundentes, y por esa razón, la jueza se mantuvo firme en su decisión de enviar a juicio al detenido por parricidio frustrado.
En la continuación del juicio en dos semanas, seguirá la evacuación de pruebas que demostrarán la culpabilidad o inocencia del acusado.