En una decisión muy controversial, el gobierno del presidente Javier Milei procedió al cierre de la agencia de prensa Télam, en Argentina, una medida que generó una ola de reacciones y debates sobre la libertad de expresión en esa nación sudamericana.
La madrugada de este lunes, la página web de Télam fue deshabilitada y el edificio de la redacción fue cercado por la policía, en una acción que marca el inicio de un capítulo controvertido en la historia de Argentina.
Los trabajadores de Télam, «dispensados» de sus funciones por siete días, se encontraron con la imposibilidad de acceder al edificio para cumplir con su trabajo.
Posteriormente, la página web de la agencia fue dada de baja dejando en su lugar un escudo nacional y un mensaje que anuncia una «Página en reconstrucción».
Este hecho no solo impide la actualización de nuevas informaciones sino que también borra del acceso público el vasto archivo de notas, fotografías y material multimedia acumulado a durante muchísimos años.
La situación se tensó aún más cuando los trabajadores de Télam convocaron a un «abrazo» simbólico al edificio, en protesta por el anuncio de cierre hecho por Milei. Sin embargo, antes de que la manifestación pudiera suceder, efectivos de la Policía bloquearon el acceso al edificio, frustrando cualquier intento de protesta.
En respuesta, la Asamblea de los trabajadores de Télam emitió un comunicado denunciando lo que consideran un «Ataque a la libertad de expresión», calificando las acciones del gobierno como uno de los peores ataques a este derecho fundamental en los últimos 40 años de democracia en Argentina.
La decisión de cerrar Télam y el despliegue policial para evitar el acceso al edificio han sido interpretados como una medida drástica que pone en riesgo la pluralidad y la independencia de los medios en el país.
El cierre de Télam, justificado por Milei bajo la acusación de haber sido utilizada como «agencia de propaganda kirchnerista», abrió un profundo debate sobre el uso de los medios públicos, la gestión gubernamental y el derecho a la libre expresión.
Este episodio no solo afecta a los trabajadores directamente involucrados sino que también tiene implicaciones más amplias para el periodismo, la democracia y la sociedad argentina en su conjunto.