Las devastadoras inundaciones que azotaron el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, cobraron la vida de al menos 172 personas, según el último boletín de la Defensa Civil publicado el 3 de junio.
Las autoridades brasileñas recuperaron los cuerpos sin vida de tres personas más en las últimas horas, lo que eleva la cifra de fallecidos y pone de manifiesto la magnitud de esta tragedia.
Además de las víctimas mortales, se reportan 42 personas desaparecidas y un total de 579,457 afectados por las inundaciones, de los cuales 37,154 se encuentran en albergues temporales.
La gran mayoría de las ciudades del estado, 475 en total, han sufrido los embates de las fuertes lluvias, lo que ha dejado a 2,390,556 personas afectadas.
Las inundaciones en Rio Grande do Sul no son un hecho aislado, sino que se enmarcan en un contexto de creciente vulnerabilidad de Brasil frente a los impactos del cambio climático.
Expertos advierten que el calentamiento global está alterando los patrones de precipitación en la región, lo que se traduce en lluvias más intensas y concentradas en periodos más cortos.