El gélido susurro «así te quería ver, flaca» fue el preludio de una salvaje violación salvaje contra una joven hondureña en su celda mientras una mujer policía cerró la puerta con un candado para encubrir lo irreparable.

Los agentes catrachos Josué Zelaya Ortiz, Yeni García Hernández, Jared Huete Salgado y Walter Ventura convirtieron la cárcel de la UMEP-11 en El Progreso, Yoro, en una jaula de tortura sexual, según reconstruye el escalofriante expediente del Ministerio Público.
Tras un traslado rutinario desde Santa Rita hasta la celda policial, la víctima sufrió tratos degradantes durante horas. Pero el infierno explotó cuando Zelaya Ortiz entró a la celda nocturna y soltó su frase macabra: «así te quería ver, flaca».
Según el relato oficial, «se le acercó y abusó de ella pese a sus esfuerzos por evitarlo«. Minutos después, García Hernández selló el pacto del silencio al cerrar con candado la celda mientras susurraba: «aquí no ha pasado nada».
Zelaya Ortiz enfrenta violación agravada y trato cruel como ejecutor directo. Ventura cargará con el peso de privación ilegal de libertad por su presunta complicidad activa. Mientras que García y Huete, ambas mujeres, no escaparon a la acusación: el abuso de autoridad las mancha por omisión deliberada durante el ataque. Todos pertenecían a la temida Unidad Metropolitana de Prevención.
La investigación liderada por la Agencia Técnica de Investigación Criminal encontró patrones escalofriantes: las pruebas coinciden en ubicar los hechos a finales de octubre y demuestran que tres cómplices observaron o encubrieron la brutalidad.
Actualmente los imputados pudren en el centro penal local mientras la unidad contra delitos sexuales recopila evidencias para impulsar condenas ejemplares.