Los incendios en Brasil están fuera de control y han puesto en máxima alerta a las autoridades, que intentan frenar el avance del fuego en el Pantanal y la Amazonía.
Este jueves, el Supremo Tribunal Federal realizará una audiencia de conciliación entre los estados afectados para tomar medidas urgentes y combatir las llamas. La sequía récord y el aumento de temperaturas han acelerado la propagación de incendios.
La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, señaló que muchos de estos incendios son resultado del «terrorismo climático», ya que algunas personas han aprovechado la sequía para iniciar fuegos que destruyen bosques y afectan la salud pública. Silva denunció la gravedad de la situación, lamentando que, a pesar de las prohibiciones, continúen provocando incendios.
El daño es masivo, con biomas esenciales como la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal gravemente afectados, y 18 millones de hectáreas arrasadas. En la Tierra Indígena Kayapó, las llamas destruyeron 67.000 hectáreas. Científicos advierten que el país está entrando en la era de los «megaincendios», con consecuencias catastróficas para el medio ambiente.
El presidente Lula da Silva, admitió que Brasil no está preparado para enfrentar incendios de esta magnitud, ya que pocos estados cuentan con recursos suficientes, como brigadistas y defensa civil.