Este martes, Pedro Nel Angarita, firmante del acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las extintas FARC, fue asesinado en la vía pública en el municipio de Teorama, en el departamento de Norte de Santander, en la región del Catatumbo.
La zona, actualmente afectada por el conflicto entre la guerrilla del Ejército Nacional de Liberación (ELN) y las disidencias de las FARC, se ha convertido en un escenario de violencia constante.
Rodrigo Londoño, presidente del partido Comunes, que agrupa a miembros desmovilizados de las FARC, fue quien dio a conocer la noticia del crimen. Londoño detalló que Angarita ocupaba el cargo de vicepresidente de la Corporación Reincorpaz, organización dedicada a la reincorporación de excombatientes. A través de un mensaje en la red social X, Londoño calificó el asesinato como «otro crimen demencial y atroz», destacando la gravedad del hecho.
Este asesinato ocurre en medio de un contexto de creciente violencia en el Catatumbo, donde el recrudecimiento de los enfrentamientos armados entre grupos ilegales ha puesto en riesgo la implementación del acuerdo de paz y la seguridad de quienes han optado por la reincorporación a la vida civil. La muerte de Angarita es un golpe más a la esperanza de paz y estabilidad en la región.