Y es que Melania ha llegado a lo más alto tras pasar su infancia en un pequeño pueblo de Eslovenia, Sevnica, donde soñaba con hacer carrera en el sector de la moda.
En aquel entonces se llamaba Melania Knauss, era alta y delgada y su físico atractivo no pasaba precisamente desapercibido.
De 46 años e imponente belleza, Melania es la antítesis de su marido, “Donald”, en cuanto a personalidad se refiere: es extraordinariamente discreta, siempre mantiene un tono sosegado y evita a toda costa verse involucrada en polémicas.
Melania abandonó su pueblo para buscar suerte en Liubliana antes de triunfar en las pasarelas europeas.
Empezó a los 16 años y a los 20 ya estaba triunfando en las pasarelas de Milán y París, lo que la llevó a dar el salto a Nueva York a mediados de los años 90.
Melanija Knavs había conseguido ya más de lo que había soñado cuando conoció a Donald Trump en la agencia de modelos que llevaba su nombre, la Trump Model Management.
Trump y Melania empezaron su relación antes de que ella cumpliera los 30 y él sobrepasara los 50.
La acusada diferencia de edad -se llevan 24 años- no supuso un problema para la modelo. Tampoco le importaron los dos matrimonios anteriores del magnate ni los 4 hijos que había tenido con sus anteriores esposas, Marla e Ivana.
En 2005, el magnate y la modelo se casaron y ella obtuvo así la nacionalidad estadounidense. Había conseguido la residencia en 2001, pero su matrimonio con Trump fue clave para ser una ciudadana de pleno derecho en Estados Unidos.
La actual Primera Dama habla 6 idiomas: esloveno y serbocroata, inglés, francés, italiano y alemán, aunque en muy pocas ocasionas se la ha escuchado hablar largo y tendido.
Durante la campaña de Donald Trump, el diario sensacionalista New York Post publicó fotos desnudas de Melania.
Melania Trump, en su faceta de modelo: