Un tren de pasajeros se descarrilló este domingo en el suroeste de Alemania dejando un trágico saldo de 11 personas fallecidas y 63 heridos, según reportó Deutsche Welle. El accidente involucró al tren ICE 785 de la compañía Deutsche Bahn que cubría la ruta Frankfurt-Stuttgart y transportaba a 287 pasajeros cuando se produjo el accidente a las 14:30 hora local en el tramo Heidelberg-Schwetzingen.

Entre las víctimas mortales se encuentran dos menores de edad y el conductor del tren, mientras que 18 de los heridos se encuentran en estado crítico siendo atendidos en hospitales de Heidelberg y Mannheim, según confirmó Reuters en su cobertura del incidente. El accidente provocó que cuatro vagones descarrilaran, dos de ellos volcándose completamente, y destruyó aproximadamente 300 metros de vía férrea.
«Activamos el protocolo de crisis y cooperamos plenamente con las autoridades«, expresó la empresa Deutsche Bahn en un comunicado oficial emitido horas después del accidente, mientras cientos de rescatistas trabajaban en la zona.
La magnitud del siniestro movilizó a 450 rescatistas, incluyendo bomberos, equipos médicos y personal del Bundeswehr (ejército alemán). La situación se complicó cuando los equipos de emergencia detectaron riesgos de colapso estructural en uno de los vagones, lo que obligó a evacuar por aire a 120 pasajeros utilizando helicópteros, según detalló el Süddeutsche Zeitung.
Las primeras pesquisas de la Agencia Federal de Investigación de Accidentes Ferroviarios (EUB) señalan una ruptura de eje en el tercer vagón como posible causa del descarrilamiento. Según reveló Der Spiegel, los registros de la caja negra del tren muestran alertas de sobrecalentamiento en los bogies (sistemas de ruedas) aproximadamente 15 minutos antes del accidente.
No obstante, también se investigan factores externos como las lluvias torrenciales registradas en la zona —45 milímetros en apenas dos horas—, que podrían haber erosionado el balasto de las vías, indicó Reuters. Varios testigos reportaron haber visto «chispas anormales» bajo el tren momentos antes del descarrilamiento, según recogió el Frankfurter Allgemeine.
La ministra de Transportes, Dr. Anna Lührmann, anunció una auditoría urgente en 200 trenes ICE de similar antigüedad al accidentado, mientras la Policía Federal descartó inicialmente un sabotaje pero mantiene abiertas todas las líneas de investigación.
El accidente ha reavivado preocupaciones sobre el estado de la flota ferroviaria alemana. Un informe de la EUB de 2024 ya había advertido sobre «fatiga de material» en el 12% de la flota ICE-3, y la Asociación Pro Bahn exige ahora una renovación acelerada de todos los vagones con más de 15 años de servicio.
El sindicato GDL ha convocado paros técnicos para revisar las condiciones mecánicas de las unidades, según informó Tagesschau, mientras continúan las labores de investigación para determinar con exactitud las causas de este trágico accidente que ha conmocionado a la sociedad alemana.
La Oficina Federal de Estadística recordó que este incidente se suma a otros tres descarrilamientos menores registrados en la misma región durante 2023, todos ellos relacionados con fallas en los sistemas de frenado.