Los mandatarios de los países que invadieron brutalmente a Irak en el año 2003 intentan justificar, hasta el día de hoy, los crímenes de lesa humanidad que cometieron en contra de 23 millones de iraquíes.
La guerra impulsada por el presidente estadounidense George W. Bush junto al primer ministro británico Tony Blair y del mandatario español José María Aznar, se basó en la existencia de unas supuestas armas de destrucción masiva que nadie jamás encontró.
The Center for Public Integrity de EEUU detectó 935 declaraciones falsas de funcionarios del gobierno estadounidense sobretodo con el fiasco de las inexistentes armas de destrucción masiva que supuestamente tenía en su poder Sadam Husein.
«Fuentes y datos erróneos, falsas verdades, un mal trabajo de inteligencia y unas ganas políticas de construir un relato que justificara la guerra en Irak se conjuntaron con un fatal desenlace: iniciar una guerra innecesaria y de consecuencias desastrosas», afirma Jordi Armadans, director de la organización catalana FundiPau.
«En general, una gran mayoría de las medidas que tomaron los Estados Unidos en su mal llamada guerra contra el terror supusieron a corto y largo plazo una reducción de los derechos humanos en todo el mundo», sostuvo un portavoz de Amnistía Internacional España.
El jefe de los inspectores de la ONU para Irak, Hans Blix, dijo en febrero del año 2003 que esta organización había realizado más de 400 inspecciones por todo el país y no encontraron las dichosas armas.
Incluso el jefe de la CIA, George Tenet afirmó que los intentos de verificar la información (sobre las Armas de Destrucción Masiva) no han tenido éxito». Si Irak tuviera esas armas era lógico que las utilizara antes contra los 29 países que lo agredieron en 1991.
Otra aseveración falsa para justificar la invasión militar fue que Irak importaba uranio desde Níger para relanzar su programa de armas nucleares. Tras la ocupación, la CIA admitió que esta información era falsa.
Otra falacia fue que el presidente de Irak mandaba sobres con ántrax a EEUU: El verdadero autor era un agente de FBI llamado Bruce E. Ivins.
Según la organización estadounidenses CODEPINK entre el 2003 y 2007, fueron asesinados cerca de 3.4 millones de iraquíes a causa de la guerra y un número indeterminado han sufrido lesiones psicológicas y físicas.
También entre el 2014 y el 2017 bajo el pretexto de combatir al grupo terrorista ISIS, Obama y Trump arrojaron miles de bombas y misiles sobre Mosul, causando la muerte de al menos 40,000 personas.