Este domingo 1 de septiembre se cumplen 20 años de uno de los ataques terroristas más crueles de la historia reciente: La toma de rehenes en la Escuela N°1 de Beslán, en el Cáucaso ruso.
Ese día debió ser de fiesta y alegría para los jovencitos que iniciaban su año escolar. Sin embargo, se convirtió en una pesadilla cuando un grupo de terroristas tomó como rehenes a más de 1,200 personas, en su mayoría niños.
El ataque dejó una herida profunda en el corazón de Rusia y del mundo entero.
El jefe de Osetia del Norte, Sergei Menyailo, lo resumió con estas emotivas palabras: «334 vidas fueron arrebatadas por inhumanos que perseguían sus sucios objetivos y no conocían ni la piedad ni la compasión. 334 personas, 186 de las cuales eran niños, no pudieron salir con vida del terrible gimnasio de la primera escuela de Beslán».
Hoy, 20 años después, el dolor sigue vivo. Miles de personas acudieron a la escuela, convertida ahora en un memorial, para colocar flores, peluches y botellas de agua en recuerdo de las víctimas.
Los sobrevivientes, con una fortaleza admirable, portaron fotos de quienes no lograron salir con vida.
Como nicaragüenses, nos unimos al dolor de las familias de Beslán y reafirmamos nuestro compromiso con la paz y la protección de la niñez.
Que esta triste conmemoración sea un recordatorio de la importancia de construir un mundo donde nuestros hijos puedan crecer sin miedo, donde la escuela sea siempre un lugar de aprendizaje y alegría, nunca de terror.