La Guardia Civil española y la Policía Nacional de Colombia desarticularon una red de «narcos invisibles» o de cuarta generación, en la operación denominada «Galupa».

Esta red era responsable de introducir un estimado de 120 toneladas de cocaína al año en Europa.
La operación culminó con siete registros en ambos países, tres detenciones en España y dos en Colombia y la incautación de 10 toneladas de cocaína.
La red estaba vinculada al Clan del Golfo colombiano, su principal proveedor para garantizar el abastecimiento de cocaína en grandes cantidades.

Los llamados «narcos invisibles» se caracterizan por operar detrás de estructuras empresariales aparentemente legales; utilizar intermediarios y testaferros para evitar exposición pública y mantener un perfil bajo y alta movilidad internacional para evadir la identificación policial.
Los líderes de la red operaban entre Dubái, Colombia y España, utilizando empresas constituidas en territorio español para impulsar sus operaciones logísticas y financieras en puertos holandeses, belgas y españoles.
Lavado de Dinero y Alcance Internacional
La organización contaba con un grupo dedicado al blanqueo de capitales a través de sociedades en paraísos fiscales y criptomonedas.
Los investigadores han identificado transacciones de criptodivisas por valor de 700 millones de dólares.

La red tenía alianzas estratégicas con organizaciones criminales en Panamá, Ecuador, Costa Rica y República Dominicana, usando estos países como plataformas de tránsito para sus envíos a la carta.
La investigación, que se inició en 2022 y fue coordinada por EUROPOL, se basó en la interceptación de comunicaciones de la aplicación encriptada Sky ECC, lo que permitió detallar la estructura y capacidades operativas de la organización.