La Policía Nacional de Nicaragua celebró este miércoles sus 39 años de fundación, rindiendo homenaje a los 24 hombres y mujeres policías caídos en el cumplimiento de su misión constitucional durante este año.
El homenaje estuvo presidido por el director general de la Policía Nacional, comisionado general Francisco Díaz, acompañado de la Jefatura Nacional y del Consejo Nacional de la Institución.
Los comisionados generales Aldo Sáenz y Ramón Avellán, entregaron a las madres de los 24 oficiales caídos por la Paz y la Seguridad, las placas de honor “Comandante Tomás Borge Martínez”, otorgada y firmada por el Presidente de la República de Nicaragua y Jefe Supremo de la Policía Nacional, Comandante Daniel Ortega Saavedra.
El comisionado general Aldo Sáenz dijo que las placas entregadas “son un homenaje a la entrega, valentía, legado y memoria de los 24 hermanos caídos en cumplimiento del deber durante el presente año”, y reafirmó el “compromiso por la Paz y la Seguridad”.
Por su parte el comisionado general Ramón Avellán aseguró que se está haciendo justicia para nuestro pueblo, “estamos haciendo las acusaciones para que los terroristas paguen, todo esos hechos vandálicos que hicieron de robo, quema, saqueo, homicidio, asesinato y torturas, tienen que pagar, tiene que a haber la aplicación de nuestras leyes y de nuestras constituciones”.
Al evento policial se sumaron representantes de los diversos Poderes del Estado nicaragüense e invitados especiales que reconocen el arduo trabajo de los oficiales que garantizan la seguridad de nuestro pueblo.
Doña Salvadora Gutiérrez, madre del teniente póstumo Marlon Requene, caído el 12 de Julio del año en Río San Juan, manifestó que hubo un tiempo que le dijo que se retirara y él le dijo que no, porque iba a cumplir con el deber, y ahora los vamos a recordar con mucho amor.
Por su parte, Martha Castro Gutiérrez, tía del teniente póstumo Martín Sánchez, pidió justicia porque él era una persona humilde, sencilla, bien cariñosa con su familia y le arrebataron la vida de una manera cruel. Lo secuestraron, torturaron, asesinaron y se halló su osamenta 22 días después en la Comunidad de Sislao Paraska, en Pueblo Nuevo, Triángulo Minero.
“Este reconocimiento significa una gran cosa porque mi hijo se lo merecía, porque era muy fiel a su trabajo, se sacrificaba de dejarnos a nosotros, él nunca dijo que no, yo me siento agradecida porque nos han apoyado tanto con la ida de mi hijo”, expresó doña Luz Marina Alvarado, madre del capitán póstumo Hilton Manzanares, asesinado desde la UPOLI el 19 de abril.
