Diez años después de haber denunciado judicialmente a su cónyuge Oscar Danilo Meza Orozco, de 48 años, por el delito de intimidación o amenazas contra la mujer, Raquel Carolina Sieza López, fue capturada anoche como principal sospechosa de su muerte.
Raquel Carolina fue detenida cuando supuestamente participaba de la vela del vendedor de cócteles a quien en horas de la mañana del domingo llevó en un taxi al hospital Alemán, luego de que supuestamente le asestó una cuchillada en el muslo izquierdo, que le cortó la vena femoral.
Desafortunadamente, al ingresar al centro asistencial, ya no llevaba los signos vitales y Raquel Carolina dijo que su cónyuge Óscar Meza andaba tomando licor en la calle cuando presuntos delincuentes lo asaltaron y le asestaron la cuchillada.
Por su parte, familiares del fallecido dijeron que la noche del sábado, Raquel Carolina se fue a la calle a divertirse y que Oscar Danilo la siguió, pero luego se regresó a su casa y cuando volvió la madrugada del domingo empezaron a discutir y ella le dio la estocada que le causó la hemorragia que lo llevó a la muerte.
A pesar de lo que dijo Raquel, la policía confirmó que fue ella quien acuchilló al pequeño comerciante, llegándola a capturar en la casa donde convivía con la víctima, situada de repuestos MATEPSA cuadra y media al lago, en Villa Reconciliación Norte, Distrito VI de Managua.
La pareja tenía 15 años de convivir y ella es madre de dos hijos, que ya son adolescentes, quienes ahora han quedado sin apoyo económico de parte de nadie, pues la mujer los mantenía lavando y planchando ajeno, según los vecinos.
El cuerpo de Oscar Danilo Meza fue trasladado por sus familiares para ser sepultado en el municipio El Jicaral, en el departamento de León, de donde era originario.
De acuerdo con los archivos judiciales, el seis de febrero del 2015, la ahora detenida interpuso una denuncia en contra de Oscar Danilo Meza Orozco, por intimidación y amenazas contra la mujer, en un caso en el que el acusado no fue detenido, pero se le ordenaron medidas alternas a la prisión preventiva.
Entre esas medidas, la autoridad judicial ordenó que el acusado se sometiera a tratamiento psicológico conductual, le prohibió acercarse a la víctima y abandonar la casa donde convivía con ella, sin embargo el caso fue suspendido por el incumplimiento de los compromisos adquiridos.
Por lo visto, la pareja se reconcilió y ahora el hombre murió en circunstancias sospechosas que ahora tienen a su mujer tras los barrotes y lista para ser puesta a la orden de los mismos tribunales, en donde diez años atrás lo acusó por intimidación y amenazas contra la mujer.