Motociclistas perecen desmembrados al impactar con árbol en carretera a Masaya

Los jóvenes Roberto Carlos Fernández Rodríguez, de 27 años, y su cuñado David Josué Solórzano, quien hoy cumplía 27 años, perecieron desmembrados la madrugada de este viernes al chocar en moto a más de 170 kilómetros por hora contra un árbol plantado cerca de la entrada a la comarca Los Vanegas, en el kilómetro 12.4 de la carretera a Masaya.

Roberto Carlos conducía una motocicleta Yamaha modificada de 600 centímetros cúbicos, placa M 118-298, propiedad del ex corredor de moto-velocidad Miguel Ángel Sánchez Martínez, quien se la entregó ayer jueves para que se la chequeara ya que la víctima era mecánico.

La escena del accidente era dantesca, ya que a causa del brutal impacto Roberto Carlos y David quedaron desmembrados y esparcidos en un radio de más de 50 metros, por lo cual fueron recogidos en bolsas por miembros de Medicina Legal, quienes tendrían la difícil tarea de armar los cuerpos, y poder entregarlos a sus familias para velarlos y darles cristiana sepultura.

“Es lamentable lo ocurrido, la moto es lo de menos, lo que duele es la pérdida de las dos personas, ayer jueves se la entregue en el taller porque sería utilizada para correr el próximo domingo”, dijo don Miguel.

Inicialmente se pensaba que una de las víctimas era Miguel Sánchez, ya que al revisar a Roberto, la policía le halló la circulación y licencia a nombre del ex corredor, quien al escuchar la noticia en Tu Nueva Radio Ya se fue directo al lugar del accidente a aclarar las cosas.

El señor Genaro Solórzano, padre de David Josué, dijo que ambos jóvenes salieron con sus tragos de una vivienda ubicada cerca de la Vuelta del Horno en el barrio Milagro de Dios, a eso de las 9 y media de la noche del jueves, supuestamente a visitar a un familiar en la carretera a Masaya, pero desconoce si continuaron tomando licor.

Familiares de las víctimas manifestaron a Tu Nueva Radio Ya que Roberto Carlos Fernández Rodríguez dejó en la orfandad a tres niños de entre 3 y 7 años, mientras que David laboraba como vendedor de esquimos, convivía con una hermana de Roberto, y dejó huérfanos a dos menores de 10 y 12 años de edad.

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