Agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y funcionarios del Servicio Nacional de Salud Animal (Senas) decomisaron más de 1.000 kilos de carne de caballo en una serie de revisiones que hicieron en carnicerías de Coronado, en Costa Rica.

La operación fue llevada a cabo en colaboración con la Policía Municipal y todo lo encontrado quedó en poder de las autoridades para deshacerse de la carne de la manera correcta.
Durante las labores de protección sanitaria, el personal del Organismo de Investigación Judicial utilizó bidones de plástico para sacar la carne de caballo de los negocios en donde la vendían haciéndola pasar como de res.
Por el momento se desconoce si se impondrán alguna multa a los comerciantes que venden ese producto a la población poniendo en riesgo su salud, ya que por lo general, los equinos que sacrifican son animales viejos y enfermos.