Sí, Serena Williams ganó otra vez en sets corridos. Y avanzó a un duelo netamente estadounidense ante Sloane Stephens.
Pero este triunfo en el Abierto de Estados Unidos no se apegó al plan de la veterana estrella.
Su saque fue apenas ordinario en ocasiones. Su agilidad de pies pareció lejos del máximo potencial. Williams debió salir adelante de unas cuantas situaciones comprometidas el jueves, ante una rival que figura apenas en el puesto 117 del escalafón.
Pero doblegó 6-2 y 6-4 a la rusa Margarita Gasparyan, y emitió un sonoro “¡sí!”, que reverberó en un estadio Arthur Ashe prácticamente vacío, al finalizar el encuentro.
“Hubo cosas que me frenaron y me frustraron”, reconoció Williams, quien ha ganado en Flushing Meadows seis de sus 23 títulos de Grand Slam y quien llegó a la final en los últimos dos años. “Sin embargo, estoy ahí, peleando. Hubo apenas un retroceso menor. Si acaso, esto me ayudará a saber qué no debo hacer la próxima vez”.