El italiano Lamont Marcell Jacobs se convirtió en la gran sorpresa de los olímpicos al ganar la carrera masculina de 100 metros planos en 9,80 segundos volviéndose el hombre más rápido del mundo.
La marca de Jacobs se quedó a 0,17 segundos de la marca olímpica que el jamaicano Usain Bolt logró en Londres 2012. Bolt se retiró de las pistas en 2017.