La capital japonesa despidió este 8 de agosto 17 días de pura emoción en una ceremonia de clausura que pone el broche de oro a las Olimpiadas «más extrañas» de la historia.
Los fuegos artificiales iluminaron el Estadio Olímpico de Tokio para marcar el comienzo de este capítulo final.
El emotivo cierre de la ceremonia de Clausura, con el apagado del fuego olímpico, que volverá a brillar dentro de tres años en Paris 2024.