Autoridades gubernamentales, familiares y amigos de antaño, rindieron homenaje póstumo este domingo, al periodista, abogado, poeta, escritor, historiador y ex militar, Roberto Francisco Sánchez Ramírez, quien es velado en la funeraria Sierras de Paz.
Roberto Sánchez Ramírez, escritor de la obra “Managua en la memoria”, falleció ayer sábado a los 76 años, y este domingo personalidades como el Canciller de Nicaragua, Samuel Santos, el Comandante Edén Pastora, y otras amistades, destacaron el legado cultural e histórico que brindó el “Hijo Dilecto de Managua”.
Daniel Sánchez, hijo de Roberto Sánchez Ramírez, agradeció extensivamente al Comandante Daniel Ortega y a la compañera Rosario Murillo, por estar siempre pendientes de la salud de su padre y por darle el acompañamiento a la familia es este momento luctuoso.
“Mañana lunes se realizará una misa de responso en Sierras de Paz, por el eterno descanso de Roberto Sánchez, y acto seguido sus funerales”, informó Daniel Sánchez, quien detalló que el último deseo de su padre, fue que lo recordaran por todo el trabajo que hizo.
En sus últimos años, Roberto Sánchez fue fanático del futbol, era amante de la naturaleza pues tenía un gallo, cuatro gallinas, cuatro tortugas y un tortuguillo y entre sus últimos pasatiempos estaba el alimentar las palomas que llegaban a tomar agua a la fuente de la Asamblea Nacional.
Según cuentan sus familiares, antes de cumplir 30 años, Roberto Sánchez estuvo en el noviciado de los hermanos de La Salle, en Italia, para convertirse en cura, pero solo estudió un año canónico y luego se regresó a Nicaragua, tras sufrir una caída que le afectó la columna.
A la vez, entre sus anécdotas contaba que fue el primer estudiante en dar clases en la UCA, pues debido a su inteligencia, fungió como profesor auxiliar en la carrera de Psicología.
Roberto Sánchez vino a Managua siendo un niño y una de sus primeras paradas fue el Instituto Nacional “Ramírez Goyena”, donde conoció a Carlos Fonseca Amador, quien le marcó la vida y le ayudó a cultivar el hábito de la lectura.
Su primer poema lo escribió en 1954, y después de múltiples colaboraciones con La Prensa Literaria, la dirección de ese diario lo contrató como corresponsal viajero.
Como reportero fue protagonista de sus historias, tal es el caso de la ocasión cuando puso la bandera de Nicaragua en el cayo Quitasueño, en octubre de 1972, mientras estaba integrado a una célula revolucionaria del Frente Sandinista.
Luego del triunfo de la Revolución Sandinista, Roberto Sánchez trabajó en el Diario Barricada. En la década de la guerra de agresión fue jefe de relaciones públicas del Ejército Popular Sandinista, con el grado de Mayor, y después laboró con el presidente Daniel Ortega.
En 1990, después del cambio de gobierno, se compró un par de botas de hule y regresó a su natal Masatepe, en donde durante muchos años se dedicó a cultivar y vender plantas frutales, ornamentales y a hacer jardines.
Después del año 2005 su estado de salud se complicó y fue desahuciado, por lo que fue sometido a varias intervenciones quirúrgicas.
En los últimos años, el periodista Roberto Sánchez Ramírez fue asesor, en asuntos históricos y culturales, del presidente del Parlamento, René Núñez, y desde allí dejó al Poder Legislativo impregnado de nuestra historia.
Entre los reconocimientos que recibió están: Hijo Dilecto de la Ciudad de Managua, y la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío otorgada por la Presidencia de la República.
Fue miembro de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, de la Academia de Historia de Guatemala y del Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica.
La labor de Roberto no se limitó a escribir; también contribuyó a recuperar la música, el canto y la danza relacionada con Managua, expresada en la Serenata a Managua, presentada el 5 de febrero de 2008, en el Teatro Nacional Rubén Darío.