Los pobladores del barrio 21 de Febrero quedaron con los pelos de punta, tras haber escuchado los relatos sobre los momentos de terror vividos por don Santos Bravo Gómez, su esposa y su hija, antes de ser asesinados.
Los vecinos están sorprendidos por las fríaldad de Nahúm quien afirmó que su padre Santos Bravo, su madrastra Rosario Murillo Luna y su hermana Lucía Leticia andaban de paseo en Jinotega, cuando le preguntaron por ellos.
Martha Emilia Soza, una de las vecinas, dijo que todavía le cuesta creer lo que hizo Nahúm. “Es todo un animal… Si fuera mi hijo, ordenaría que lo manden al paredón”, expresó.
Otros vecinos recordaron que los días en la mañana, don Santos salía a barrer la acera frente a su casa, dando los buenos días a las personas que pasaban por el lugar, pues era un hombre cortes.
Además destacaron las atenciones que doña Rosíbel brindó a Nahúm desde que era cipote, lo bañaba, lo vestía, lo llevaba a la escuela, lo sacaba a pasear, en fin lo trató como un hijo más, por lo que no entienden por qué la mató.
Ahora que no venga a hacerse el loco, porque un demente no planifica, no propone, ni ofrece 100 mil córdobas a otra persona, como hizo a su cómplice Jairo José Ugarte Centeno, por ayudarlo a cometer el triple crimen, aseguró otra vecina del mismo barrio.
La terrible noticia lleno de dolor y nostalgia a los amigos y compañeros de estudios de Lucia Leticia Bravo, quienes asistieron a la misa realizada la en la iglesia Asunción de Ciudad Jardín, donde la jovencita formaba parte del coro parroquial.